Entre modestas batas de percal, entre ferias ambulantes y bailes que animaban la Andalucía del siglo XIX, nacen los volantes, los lunares, la flamenca que nos sigue enamorando cada año. Y es que comienza la primavera. El azahar y el incienso van anunciando que el albero y el farolillo están preparando su semana.
La Feria de Abril está llegando y con ella la ilusión, las ganas, el estreno del traje nuevo. El proceso que conlleva la elección del traje de flamenca nos lo inculcan desde pequeñas. Nuestras madres cuidan cada detalle, nos enseñan a vestirnos, a peinarnos, a saber llevar los complementos, a colocarnos bien la flor. En febrero, el SIMOF nos refresca, nos inspira y entre las nuevas tendencias siempre se la espera a ella, Pilar Vera.
40 años avalan lo diseños de Pilar Vera. Su confección es única y exclusiva y así lo demuestra cada año en cada una de sus colecciones. Y es, precisamente, su originalidad la que rescata en 2017 a la flamenca de aquellos caminos, a la que se crió entre poetas y reconocidos artistas del veinte. Entre la poesía de Rafael Alberti nace ‘A la pintura’.
De lienzos costumbristas dan vida las manos de Pilar Vera a sus tejidos delicados, propios, de algodón y viscosa. En esta ocasión, la diseñadora ilustra aquellas mujeres representadas en los cuadros de García Ramos, Villegas Cordero o Rico Cejudo. Los talles altos, las faldas con caída, los escotes bañera, también los altos y los bordados son la principal inspiración para la flamenca de 2017 que representa su costura en esta primera parte de su colección.
Recorremos la Sevilla profunda, la de las tascas y pizarra en las barras, la de los callejones en silencio y la que admira y respeta su Giralda, sus pequeñas plazas escondidas. Y con ella, damos vida a esta nueva flamenca.